Malheridos,
Dusk y Melnar perdieron de vista los cuerpos de sus dos compañeros caídos
mientras volvían sobre sus pasos. Esta vez andarían despacio y con la mirada atenta
a las oscuras paredes de las cloacas, en busca del símbolo que les mostró
Naelathan, el elfo que les había liberado y guiado hasta allí. Después de
varios minutos de búsqueda encontraron la singular caligrafía. Estaba escrita
en la pared de una estancia cuadrada, y al observar con detenimiento a su
alrededor se podía comprobar que custodiaba una especie de entrada secreta. Sin
llave ni instrucción alguna, los dos aventureros tendrían que ingeniárselas
para averiguar cómo abrir la puerta.
El símbolo
era escritura élfica, lengua que Melnar dominaba. "El camino está despejado",
citaba la misma, y el enano lo pronunció en voz alta sin resultado. Junto al místico,
intentaron toda clase de opciones: seguir con los dedos el contorno del símbolo,
empujar la puerta de piedra de diferentes formas, usar la caja de música silvanesti,
entonar distintas palabras y frases e incluso utilizar la fuerza. Nada funcionaba.
Dusk se paró entonces a hacer memoria. Había tratado con este tipo de magia
anteriormente, y recordó un patrón concreto de movimiento y recital. Lo
pusieron a prueba y un chasquido les confirmó que al fin lo habían conseguido.
Ante
los aventureros se extendía un camino hacia un oculto refugio élfico. Al llegar
hasta él, contemplaron una gran comunidad de miembros de esta raza, viviendo en
tiendas de campaña y aquejados todos por aquella extraña enfermedad similar a
la lepra. La presencia de los dos recién llegados no pasó inadvertida, y pronto
acudió a recibirlos una hermosa elfa, que aunque en su piel no mostrara síntomas
de dicha afección, en sus ojos sí se apreciaba una tristeza y agotamiento más
allá de la edad avanzada que seguramente tenía. Se presentó como Shaylin, y les
ofreció descanso, comida y, lo más importante, respuestas. Dusk y Melnar no
tardaron en aceptar, y siguieron a la líder elfa hasta una tienda de campaña
con todas la comodidades y una compañía inesperada. Dos individuos les
aguardaban, un kender y un elfo llamados Cuervo Piesligeros y Kemian
respectivamente. Shaylin hizo las presentaciones, enunciando que todos habían
llegado hasta este punto guiados por idéntica misión. El objetivo común les
empujaba a trabajar juntos, y además todos eran conscientes de que así tendrían
más probabilidades de éxito. En ese momento, Shaylin pareció entrar en trance,
y describió con palabras una visión recurrente sobre esta empresa que los héroes
debían afrontar. Habló de un dibujo que no podrían ver, de unas ruinas
destrozadas, de las arenas del tiempo... Todo más confuso que concreto. Pero ya
habría tiempo de discutir más tarde. Ahora era momento de descansar.
Una
vez recuperados, los aventureros recibieron de nuevo a Shaylin. Era la ocasión
de preguntarle sobre cualquier cuestión, sin embargo la elfa admitió no tener
toda la información que le gustaría. Sus sueños tampoco eran claros para ella,
y lo que el destino tenía preparado para los héroes era incierto. Sólo les
quedaba interpretar estas visiones y esperar encontrar más respuestas a cada
paso. El siguiente, parecía indicar unas ruinas en un marco desértico, y se
resolvió que seguramente se trataba de las ruinas de Hurim. Con el objetivo
concretado, y siendo proscritos en Pashin, los héroes no tenían más tiempo que
perder. Adquirieron algo más de equipo entre los mercaderes del asentamiento,
se despidieron de Shaylin y se dejaron guiar, de nuevo, por Naelathan, hacia un
pasadizo que utilizaban estos refugiados para entrar y salir de la ciudad sin
ser vistos. Así, volvieron a las cloacas, y llegaron hasta otra puerta secreta
que accionó el elfo con suma facilidad. Este les despidió con su habitual sonrisa
cínica, y poco después el grupo ya estaba respirando el aire fresco de las
afueras de la ciudad.
Los
aventureros tenían ante sí un viaje de unas cinco jornadas a pie. La primera de
ellas trascurrió sin mayores problemas, pero esta paz duró poco. Justo después
de parar a comer y descansar, el grupo se vio sorprendido por unos peligrosos
asaltantes minotauros. Estas criaturas son seres de gran poder, lo que sumado a
la emboscada les dotaba de una ventaja prácticamente letal. Ya en su primer
ataque, Melnar y Dusk resultaron terriblemente heridos por las cornamentas y
tajos de los minotauros. Y eso que sólo atacaron dos de los tres asaltantes. El
tercero, que parecía el líder, todavía no había actuado, pero sí desenfundado
una enorme espada de doble filo. Aquel lance podría ser el último en la
desdichada vida de los héroes.
Era
hora de luchar o morir. Cuervo hizo honor a su apellido, y con rapidez se alejó
del tumulto del combate a una distancia adecuada para tener una visión clara y
certera con la que realizar un disparo de su arco. La flecha penetró en el
costado de uno de los minotauros, que bramó salvajemente mientras la sangre le
caía a borbotones. Kemian decidió poner en práctica su magia, y lanzó un
conjuro que aturdió a otra de las criaturas, pero desgraciadamente también
afectó a su compañero Melnar. No obstante valió la pena, y es que Dusk, aprovechando
el estado inconsciente de este enemigo, le propinó un golpe implacable que acabó
con su vida. El enano no podía actuar, su salud seguía descendiendo, y los dos
minotauros restantes estaban decididos a vengar la muerte de sus compañeros.
El
combate continuaba. La criatura líder ya había llegado al cuerpo a cuerpo destrozando
todo a su paso. Junto a su cornudo compañero seguían atacando sin piedad. Dusk
estaba malherido, y Melnar y Kemian al borde de la muerte. El místico lanzó un
hechizo para estabilizar al enano al tiempo que huía para encontrar unos
segundos de tranquilidad que le permitieran elaborar una estrategia. Por
suerte, un miembro del grupo permanecía ileso, y seguía demostrando su destreza
en combate. El pequeño Cuervo Piesligeros continuaba disparando su arco, y el
minotauro al que ya había herido con anterioridad acabó cayendo muerto ante las
efectivas flechas del kender. Tan sólo quedaba en pié su líder, pero resultaba
el enemigo más terrible de todos, no tenía ni un rasguño y los cuerpos de
Melnar y Kemian yacían sangrantes a sus pies, todavía con vida, pero a su total
merced. Con semejante expectativa, Dusk y Cuervo pensaron que la mejor opción
sería ocultarse en la lejanía con la esperanza
de
que el minotauro se marchara convencido de su victoria. Afortunadamente el plan
funcionó, pero no sin que la criatura saqueara el cuerpo del enano para
llevarse todas sus piezas de acero y la caja de música silvanesti. El grupo
permanecía con vida, pero habían perdido lo más importante.
Los
aventureros recuperaron el resuello justo para perseguir al minotauro y
recuperar la llave en forma de caja. Sin ella nada tenía sentido, y por lo
tanto, aunque no contaban con todas sus fuerzas no les quedaba más remedio que
contraatacar. No tardaron en encontrar la pista de la criatura, y tan pronto lo
hicieron la asaltaron en combate. Kemian fue el más rápido, volviendo a hacer
uso de su magia. Desgraciadamente esta no surtió efecto, y el enemigo respondió
con un feroz ataque dejando al elfo moribundo y desangrándose. Mientras tanto, Disk
lanzó un hechizo para aumentar el tamaño de Melnar, pero aquel no era el día
del enano, y tan mal se le daba esquivar golpes como propinarlos. Tan sólo uno
de sus tajos acertó al monstruo, aunque no fue suficiente para acabar con él.
Afortunadamente, Cuervo volvió a dejar patente su excepcional puntería, y en
esta ocasión con creces. Un tremendo flechazo penetró entre ceja y ceja del
minotauro, atravesándole el cráneo y haciéndole caer como un saco. La amenaza
había sido reducida para siempre. Los héroes se acercaron entonces hasta el
cuerpo de su compañero Kemian, pero llegaron demasiado tarde. Ya había expirado
y nada se podía hacer por él. Si este era tan sólo el primer día de viaje, ¿Cuántos
peligros todavía aguardarían al grupo? Sólo el tiempo lo dirá.
Jo, ¡seguro que los héroes de la Lanza no se encontraron con minotauros emboscadores en sus viajes! Así es imposible ser héroes...
ResponderEliminarPD: bwin da 2 a 1 a que no muero en la siguiente partida, es una apuesta que podéis considerar con mi nuevo ultra mega super ultimate personaje, el Inmortal, el Único, incluso Edgar va a dejar de lado su deidad para seguirle.
¿Pero no era Kemian "El Inmortal"? XDDD
ResponderEliminarSi es que lo dicho, tenemos que hacernos todos guerreros minotauros ;P
Kemian no lo "era", lo "es"... es inmortal en nuestras memorias y corazones.
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